miércoles, 3 de agosto de 2011

Reflexiones desde el Polo

Tras haber hecho mutis por el foro y haber desaparecido de la blogosfera durante meses, debido a mi falta de tiempo e inspiración y tal vez más impulsada por la desidia y el aburrimiento que por un arrebato de creatividad imparable, me decido a escribir desde el Polo (es decir, la oficina, que está glacial gracias al aire acondicionado, ese elemento que nos enferma al exponernos al frío cuando no toca) como válvula de escape y con la mente puesta ya en las ansiadas vacaciones.

Observar el mundo exterior desde los cristales de la oficina cuando media humanidad está en la calle disfrutando (hoy sí) del sol y del calor y de la ropa ligera y de las chanclas es como una especie de tortura psicológica. ¿qué hemos hecho para merecernos esto? ¿porqué no podemos estar en la calle como el resto de los mortales, disfrutando de una cañita en una terraza en buena compañía en lugar de estar aquí pasando frío y fingiéndonos ocupadísimos? Pero no desesperemos, al menos a mi me separan dos días de mi preciada libertad... lo cual implica disponer de tiempo (eso que sólo aprecia el que carece de él) para hacer lo que más nos plazca como nos parezca mejor (en muchas ocasiones, para hacer nada, que como dijo alguien en un momento de lucidez, quien nada no se ahoga...).

Esta entrada va dedicada a mis compis currantes, compañeros de fatiga, y en especial a Sandra, Anna y Cristina ;D. Ánimo! Ya queda menos!

2 comentarios:

  1. Por alusiones: GRACIAS! Gracias por torturarme al recordarme que hoy hay Sol. Gracias por recordarme las chancletas. Gracias por recordarme las cañitas. Hasta luego, voy a suicidarme un rato.

    PD: Encima llevo un resfriado que pa qué por culpa del puto aire, que parezco "un kleenex a una mujer pegada".

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  2. No seamos dramáticas! Que no cunda el pánico!!! Nos quedan dos dias y ya!

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